Ana Isabel Diez

Un marcado interés por los temas sociales hace que la artista sienta la necesidad de tratar estos asuntos en su práctica artística.
Dos temas están presentes en su trabajo: el paisaje y la mujer y le interesa establecer relaciones entre ambos. Unas imágenes de histeroscopias (endoscopias del útero) le permitieron descubrir que, como mujer, posee un paisaje en su interior. Cuando este paisaje se vulnera, como se vulnera la naturaleza femenina, es cuando se incurre en el maltrato. El carácter femenino de la naturaleza y su fragilidad, le sirven para referirme al mundo de las mujeres y su situación en la sociedad, creando obras con carácter global a partir de historias íntimas. Ser una artista contemporánea le abre las posibilidades de expresión a una variedad muy amplia de medios, mientras que su formación en diferentes áreas del conocimiento le ofrece una visión multidisciplinaria de la problemática que aborda en su obra.

Paisaje (DES) Bordado 1 (de la serie Punto de Cruce)


Bordado con lana en punto de XY sobre tela sintética para cerramientos, bastidor en madera.
38 x 55 x 5 cm

© Casa Hoffmann 2022


Paisaje (DES) Bordado 2 (de la serie Punto de Cruce)


Bordado con lana en punto de XY sobre tela sintética para cerramientos, bastidor en madera.
38 x 55 x 5 cm

© Casa Hoffmann 2022

El interés de Ana Isabel Diez por explorar las intersecciones entre prácticas, géneros, paisaje y símbolos sociales toma cuerpo en “Punto de cruce” (2018). En esta obra la técnica de bordado tipo “punto de cruz”, se rediseña en un acto poético que hace que la puntada XX (el símbolo genético de la mujer) se convierta en un zurcido tipo XY (el símbolo genético del hombre). Con esta clase de costura se produce una obra de 8 metros de largo por casi 2 metros de alto en el que el soporte escogido es la tela verde sintética que se emplea para delimitar y separar las obras civiles del entorno. En ella se representa (cose) un paisaje que por su carácter épico evoca el de la icónica pintura “Horizontes” (1913) de Francisco Antonio Cano. El mundo de la construcción, tradicionalmente masculino, se vincula y reconcilia con el femenino a través del bordado.
En Punto de Cruce, y como es propio de las estrategias artísticas de Ana Isabel Díez, tiene lugar una sutil puesta en cuestión de algunos de los valores sociales patriarcales dominantes y que se reconocen en aquella icónica pintura. Ya no son las personas, o la mano de un hombre, los actores centrales. Aquí es la mano de una mujer la responsable de proponer, a través de la acción de coser con esa nueva puntada tipo XY, revisar cómo nos deberíamos relacionar en la contemporaneidad con ese paisaje: ¿cuáles son las representaciones que necesitamos hoy de la naturaleza? Los esquemas sociales, económicos y políticos de tipo patriarcal nos han conducido hasta la crisis ecológica global que atravesamos como especie. Son necesarias otras perspectivas que pueden indicarnos maneras distintas de estar en el mundo. Son necesarios otros horizontes.