Andrea Marín
Andrea Marín (Bogotá, 1989) es artista plástica egresada de la Universidad Nacional de Colombia en 2020. Su trabajo explora formas plásticas que advierten sobre la condición de habitar como circunstancia, estableciendo un vínculo con su interés permanente en la creación sistémica, las intervenciones in situ y la colectividad. Concebido como un acontecimiento, el acto de morar implica necesariamente un intercambio biótico con los seres próximos y actantes. En este sentido, conceptos como lugar, repetición, simbiosis, instalación, agencia, intemperie, arquitectura e inmanencia son constantes en su obra.
Actualmente, reside en Ciudad de México, donde cursa la Maestría en Arte y Entorno en la UNAM. Recientemente, fue comisionada por la Agencia Francesa de Desarrollo, SISCLIMA y CAMBIARTE de Fondo Acción para desarrollar el proyecto individual Agua de las cantas. Réplica de un ejercicio mágico para cosechar agua (2022-2023), una obra que da continuidad a su investigación sobre la siembra de agua, un pensamiento mágico sustentado por los pueblos ancestrales de los Andes.
En 2022, realizó la instalación de sitio específico Potencia de lo menor en la Galería Santa Fe, gracias al XV Salón de Arte Joven. En 2021, desarrolló Agua de Niebla. Lloren las aguas, canten las ranas, conténganse los vientos, proyecto ganador de Residencias Nacionales en Artes Plásticas IDARTES. Ha participado en exposiciones colectivas como Imagen Regional 9 del Banco de la República y en Intercambios artísticos en época de pandemia: Interior/Exterior.
Entre sus exposiciones colectivas más destacadas se encuentran Hay infinitos más pequeños que otros en la Galería La Balsa, Bogotá (junio 13 – julio 19 de 2024); Design House Colombia, NC-Diseño, Casa Azul (noviembre 18 de 2023 – marzo 17 de 2024); Lichtblick: Muted Video Exhibition en Kunsthalle Hamburger Platz, Berlín (2020); el 16 Salón Regional de Artistas, Zona Centro, como artista invitada (Villa de Leyva, 2018) y como caminante en el Observatorio Regional del 16SRA (Alto Ricaurte, 2018). También ha participado en Antropoceno en nuestros días (mayo de 2018) y Sin Frontera (julio de 2018) en Ciudad de México; Ciclo Prisma 2: ¡Otros mundos, ahora! en la Cámara de Comercio de Chapinero, Bogotá (2016), y el III Laboratorio Cano: En estado de ruina en el Museo de la Universidad Nacional, Bogotá (2015).

Potencia de lo menor [Grafías]
Hebras vegetales (zarcillos de passiflora) soportados en cartas de papel de algodón
Dimensiones variables, 2023, 2024
© Casa Hoffmann 2025
Potencia de lo menor es parte de un proyecto de instalación específico realizado en la Galería Santa Fe, dentro del XV Salón de Arte Joven, Bogotá 2022. Durante el cultivo, cuidado, trasplante y siembra de una planta de curuba (passiflora mollissima), esta soltó pequeños zarcillos, órganos filiformes con los que las plantas enredaderas se fijan a otros cuerpos. Estos zarcillos fueron recogidos y cubiertos con aceites vegetales para su preservación, convirtiéndose en grafías, garabatos o trazos que dieron forma a «Potencia de lo menor [grafías]».
«Potencia de lo menor [Grafías, segundo pulso]» se compone de epístolas, notas, mensajes y correspondencias resultantes del ejercicio simbiótico del cultivo de la planta. Los zarcillos de la passiflora fueron mensajes indescifrables, que la planta enviaba como memorándums en esta negociación. Se agruparon en hojas de papel de tamaño adecuado.
Estas correspondencias se transformaron en grafías, trazos que avanzan en lenguaje discreto, cauto, dibujando potencias de un pensamiento que conecta afectivamente con el ecosistema. Cada carta, nota o mensaje fue marcada con la fecha correspondiente a cada evento.
Durante el cultivo, cuidado, trasplante y siembra de una planta de curuba (passiflora mollissima), esta soltó pequeños zarcillos, órganos filiformes con los que las plantas enredaderas se fijan a otros cuerpos. Estos zarcillos fueron recogidos y cubiertos con aceites vegetales para su preservación, convirtiéndose en grafías, garabatos o trazos que dieron forma a Potencia de lo menor [grafías].
Esta serie se compone de epístolas, notas, mensajes y correspondencias resultantes del ejercicio simbiótico del cultivo de la planta. Los zarcillos de la passiflora fueron mensajes indescifrables, que la planta enviaba como memorándums en esta negociación. Estas correspondencias se transformaron en grafías, trazos que avanzan en lenguaje discreto, cauto, dibujando potencias de un pensamiento que conecta afectivamente con el ecosistema.