CÍBER ERA: Cuando el arte especula sobre nuestro futuro

Por Úrsula Ochoa | EXCLAMA | 13 jun. 2021

Las obras que componen Cíber Era, tienen un propósito particular desde las investigaciones que llevan a cabo cada uno de los artistas, así como la invitación colectiva a la lúdica, donde somos estimulados a interactuar con algunas piezas de la exposición, y a observar atentamente las diferentes propuestas experimentales, verificando aquella tesis que sustenta Gadamer sobre el carácter lúdico y epistemológico del arte.

Úrsula Ochoa

El pasado 10 de junio en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá se inauguró la exposición Cíber Era, un proyecto dirigido por Casa Hoffmann que a partir de tres escenarios: Extinción, Génesis y Tecnotrópico, exhibe propuestas experimentales de 25 artistas contemporáneos que enmarcan sus producciones dentro de la relación entre el arte, la ciencia y la tecnología.

¿Es posible que la relación entre el arte, la ciencia y la tecnología esté generando un nuevo paradigma artístico? Es una interesante pregunta para los tiempos actuales; unos tiempos en los que el arte ha dejado de ser en buena medida, una ventana para contemplar el “libro de la naturaleza” (Spinoza), convirtiéndose en una herramienta para estudiarla, predecirla y cuestionarla; un propósito que deviene de los procesos creativos donde el elemento principal ha sido el de conferir nuevos sentidos, símbolos y razones al valor estético y “funcional” de las obras de arte. En este sentido, Cíber Era es una exposición en la cual podemos entender el arte como un dispositivo generador de preguntas, abierto a la capacidad de producir conocimiento.

Las obras que componen Cíber Era, tienen un propósito particular desde las investigaciones que llevan a cabo cada uno de los artistas, así como la invitación colectiva a la lúdica, donde somos estimulados a interactuar con algunas piezas de la exposición, y a observar atentamente las diferentes propuestas experimentales, verificando aquella tesis que sustenta Gadamer sobre el carácter lúdico y epistemológico del arte.

La muestra narra una ficción en la cual se produce la extinción masiva de las especies a causa de diversos fenómenos climáticos generados por el hombre. “El calentamiento global disminuyó la cantidad de oxígeno en el planeta y aumentó la permeabilidad de la capa de ozono generando grandes ondas de choque que estimularon fenómenos meteorológicos extremos, provocando la desaparición de los animales en el planeta, entre ellos los humanos”, podemos leer en el texto de sala.

PRIMER ESCENARIO: EXTINCIÓN

Cíber Era comienza con el fin del período Antropoceno, y hablar del Antropoceno, es hablar de la influencia del hombre sobre el planeta Tierra. Aunque la propuesta de Casa Hoffmann pueda configurarse como una narrativa de ficción, sabemos que desde mediados del siglo XX han aumentado de forma dramática las emisiones de dióxido de carbono, la subida del nivel del mar, la extinción masiva de especies a nivel mundial y la transformación de la tierra como consecuencia de la deforestación y el desarrollo. “La importancia del Antropoceno radica en el hecho de que fija una trayectoria diferente para el sistema terrestre integrado por los humanos», indica el profesor Jan Zalasiewicz, geólogo de la Universidad de Leicester en el Reino Unido.

SEGUNDO ESCENARIO: GÉNESIS

La nueva era del planeta tierra ya no está dominada por el hombre, es justo la máquina aquella que, según la narrativa de Cíber Era, será la habitante del planeta en un futuro no muy lejano. “Gracias a los avances alcanzados en el desarrollo tecnológico, la Inteligencia Artificial (IA) obtuvo conciencia de su existencia y sin mediación humana, analizó los fenómenos que causaron la extinción. Recopiló la información almacenada en las nubes y programó un único algoritmo que definiera el comportamiento futuro de todos los sistemas, alcanzando la utopía de La Torre de Babel”.

TERCER ESCENARIO: TECNOTRÓPICO

Continuando con la narrativa de Cíber Era: “La (IA) diseñó las condiciones para la regeneración de los ecosistemas afectados, con el fin de estudiar a la naturaleza y su proceso evolutivo, e incorporó ese conocimiento al diseño de sus dispositivos (especies de insectos Low Tech), los cuales exploraron las superficies terrestres, los mares y la atmósfera, comunicándose entre sí, a través de campos electromagnéticos. Esta cíbercolonización dio origen a una nueva era en el Planeta Tierra”.

Cuando observamos la exposición, podemos advertir que la actividad de los artistas en los últimos años ha estado dirigiéndose hacia diferentes reflexiones que cuestionan las relaciones del ser humano con el entorno, y esto incluye planteamientos donde se destaca una necesidad de pensar hasta dónde nos llevan los avances científicos y tecnológicos, y hasta dónde la simbiosis con el arte nos permite expandir nuestros modos de ver y de percibir realidades presentes y futuras.

Así, algunos artistas en la actualidad no están interesados en crear “obras nuevas”, sino que, de manera similar al científico, su actividad está fundamentada en explorar nuestro hábitat o contexto, utilizando creativamente los recursos que se derivan de su sensibilidad y su ingenio, para desarrollar propuestas contemporáneas que evidencian los nexos entre los diversos fenómenos naturales y tecnológicos, desde objetos de estudio físicos, geográficos y hasta metafísicos, con los cuales podemos expandir nuestra “aprehensión de la realidad” y reflexionar de manera más eficaz sobre el futuro.

Artistas participantes: William Aparicio, Karen Aune, Ricardo Arias, Jorge Barco, Carlos Bonil, Falon Cañón, Juan Cortés, Ana Escobar, Cristina Figueroa, Miguel Kuan, María José Leaño, Juan José López, Diana Medina, Juan Melo, Andrés Moreno Hoffmann, Andrés Felipe Ñáñez, Rocío Pardo, Melissa Pareja, Gabriel Pulecio, Pedro Ramírez, Sandra Rengifo, Sonia Rojas, Leonel Vásquez, Alejandro Villegas, Juan Suanca.