Leonel Vásquez

Desarrolla su trabajo creativo a partir de las potencias del sonido como sustancia que moldea la experiencia sensible y como fuerza de vibración que transita y adquiere forma en esculturas, instalaciones audiovisuales, arquitecturas y acciones sonoras. Explora maneras de trabajar la escucha como acto político/estético recomponedor y como medio de creación de nuevas relaciones en entornos de conflictos sociales y ambientales. Entre los intereses que han circulado sus proyectos están: el canto como práctica de resistencia, la memoria sonora en contextos de conflicto armado, los silencios y memorias de paisajes de agua, ruido submarino entre otros.

Artista colombiano (MFA), trabaja actualmente como docente de arte sonoro del área de medios en la Universidad de los Andes. Recibió la Beca de Creación para Artistas con Trayectoria Intermedia del Ministerio de Cultura de Colombia (2019). Ganó la Beca Residencia Plataforma Bogotá
– Más Arte Más Acción, Idartes con el proyecto Auscultar un territorio de alumbramientos (2019). Realizó la exhibición Tierras del Mar en el Festival de las Artes Valparaiso, Chile (2018). En la Bienal OpenArt 2017 en Suecia exhibió la instalación The Rivers’ Cradle. Participó en el XI Festival Tsonami en Chile (2017), en el encuentro del Instituto Hemisférico de Performance
y Política (Canadá), entre otros. Es reconocido como investigador y gestor cultural en proyectos realizados con la Radio Nacional, el Centro de Memoria Nacional y el Ministerio de Cultura de Colombia.

Marea Negra


Escultura sonora, acusmática y cimática
2017

© Casa Hoffmann 2020

Los mares de Colombia se están oscureciendo. A 40 kilómetros del norte de la guajira, se encuentra ORCA-1, un pozo de 4.240 metros de profundidad, el primer gran hallazgo de hidrocarburos que desde el 2014 avivó la fiebre de multinacionales petroleras por los abundantes yacimientos de crudo

que reposan en el subsuelo del lecho marino. Una barrera compuesta por 33 bloques de exploración y explotación en el caribe y 12 en el pacifico, son las apuestas en marcha por el nuevo modelo de desarrollo minero y autosuficiencia energética del estado colombiano (según la ANH).

Hemos creado una imagen del mundo subacuático fuera del agua
sin escucharlo. Imagen que nos permite, referenciarlo, intervenirlo
y apropiarlo. No somos conscientes de los impactos que tienen las acciones humanas más allá del alcance de nuestra mirada. Se ve el
paisaje como un recurso y las interacciones como procesos técnicos
para su instrumentalización. Los animales que habitan los océanos están siendo expuestos a una serie de alteraciones del entorno acústico por
las perforaciones que se usan para detectar petróleo y gas en el fondo marino, causando pulsos de sonidos en frecuencias, intensidades y tiempos de exposición insoportables para la vida. Aunque no hay investigaciones al respecto, la evidencia científica disponible actualmente, indica que el ruido oceánico genera impactos negativos en mamíferos marinos, dejando en riesgo la vida de las ballenas jorobadas que cada año llegan a aparearse a las aguas calientes de la costa pacífica de Colombia.