TRANSVERSAL | Santiago Rueda
Desde sus inicios Casa Hoffman ha tenido interés permanente por los artistas que trabajan creativamente utilizando soportes tecnológicos. En esta exploración sistemática se ha dado cabida a diversos curadores para que indaguen el fértil campo de experimentación de los artistas-investigadores activos hoy. Así, en los últimos seis años este espacio ha enseñado pioneros en este género, artistas reconocidos, de trayectoria intermedia y a quienes se han formado recientemente en la que, hay que mencionarlo, es una tendencia vital del arte colombiano hoy.
Más allá de interesarse en lo científico o en la tecnología en sí, lo que resulta esencial en esta exposición en concreto, son los cruces entre poética, ciencia y fenomenología, el encuentro entre lo perceptual y lo filosófico, más allá de lo puramente técnico.
Tomando como ejemplo el paisaje visual o sonoro, encontramos una correspondencia en la que las formas de captación digital son utilizadas para explorar “lo natural”, noción que permite en su ámbito lugares tan diferentes como los agujeros negros o el curso y la vida de los ríos. Siguiendo a la naturaleza y sus universos posibles como pista (Cortés), encontramos que la botánica irremediablemente atrae a los artistas, para ser descifrada en imágenes digitales que vuelven para ser pintadas (Aune).
La representación pictórica nos sirve también para acercarnos a una idea impalpable como la teoría de las supercuerdas -la cual plantea que hay diez, once o veintiséis dimensiones, donde vibran delgadas cuerdas, imposibles de distinguir- que sostiene el trabajo de Moreno Hoffmann y que le conecta con las esferas suspendidas de Alba Triana, activadas por campos electromagnéticos variables, que exploran visual y auditivamente las leyes universales del azar y la interacción entre lo tangible y lo intangible.
En esta clave los artistas nos recuerdan que la tecnología como el acto poético, superan la obsolescencia programada, y que la creación artística tanto enseña caminos como toma prestados otros para intentar definir conceptos como la antimateria (Rivera).
Aunque la tecnología es el obvio lenguaje global, y pensamos en ella como algo mediado enteramente por la digitalización, olvidamos que está presente en algo tan simple y obvio como una cuchara o una pala, y que necesitamos precisamente volver a lo material para entender el presente. Un ejemplo donde “lo natural” nos sirve para explicar esta idea: La agricultura, sabiduría ancestral que se ha tecnificado hasta el extremo, llevándonos a la superproducción, el desperdicio y el envenenamiento ambiental, lo que paradójicamente nos hace volver sobre nuestros propios pasos y valorar hoy más que nunca, los usos anteriores, tradicionales, orgánicos, diversos y no invasivos de la Tierra. Leonel Vásquez, en este curso de ideas utiliza en Transversal el sonido para reflejar los ecos del paisaje oceánico.
Esta relación entre lo natural y lo cultural la promueve el arte, que es capaz de moverse entre pasado, tradición e innovación, lo que se hace manifiesto en un fotógrafo que utiliza en este caso el microscopio para ir más allá de lo normalmente evidente (Herrera), en la utilización del video para retomar la tradición del paisaje decimonónico (Rengifo) y en la suma transversal de paisajes escultóricos y lo interactivo mediado por algoritmos (Atractor).
Transversal, en suma, llama a un despertar de la creatividad, es la punta del iceberg no sólo de la experiencia que acumula Casa Hoffman en sus seis años de historia, también de los intereses y la ética creativa de los artistas colombianos hoy..
Santiago Rueda
Ensayista, historiador e investigador
Exhibición: TRANSVERSAL
Apertura: viernes 23 de octubre de 2020. 7:00 p.m.
Clausura: viernes 37 de noviembre de 2020
Dirección: carrera 2A # 70 – 25, Bogotá, Colombia
Artistas: Atractor, Karen Aune, Juan Cortés, Iván Herrera, Andrés Moreno Hoffmann, Sandra Rengifo, Carlos Manuel Rivera, Leonel Vásquez, Alba Triana.