Gonzalo García

Gonzalo García Gaitán (Bogotá, 1981) estudio artes en la Universidad de los Andes, actualmente es docente en la Pontificia Universidad Javeriana y se desempeña como artista independiente. En el 2007 es ganador del III Salón de Arte Joven del club El Nogal y en el 2009 gana el segundo premio en el Salón Uniandino a las artes. Ha expuesto en numerosas ocasiones tanto dentro como fuera de su país y su obra se encuentra en diversas colecciones privadas. Su trabajo se caracteriza por un manejo de diversas técnicas tradicionales como el dibujo o la acuarela y el interés en el modo en que la tecnología muestra la percepción de lo cotidiano. También tiene un interés en lo animal, la identidad y la sexualidad. Actualmente reside en Bogotá.

Tomado de Voltaje

Perpetual Waking


Impresión digital y reloj Panasonic intervenido.
20 x 12 x 18 cm

© Casa Hoffmann 2024


Groundhog Day


IImpresión digital y reloj Sanyo intervenido.
20 x 12 x 18 cm

© Casa Hoffmann 2024

De la serie Time Keeps My Secrets Aloud

A través de animaciones cuadro a cuadro, represento acciones de naturaleza cotidiana y personal, y aporías clásicas sobre el tiempo y el espacio. En estas animaciones intervengo relojes antiguos de pestañas reemplazando los números que indican las horas y los minutos por las secuencias animadas. Ya sea que el motor avance o retroceda, la lectura de las secuencias de imágenes será siempre igual, tal como sucede con los palíndromos escritos. El proyecto surge a partir de la cuestión de cómo armonizar la idea de la imposibilidad de la representación del tiempo (Bertrand Russell) con la idea de la memoria (Henry Bergson). Así, me encontré jugando con uno de estos relojes que en principio emulan los flip books o libros de animación de principios del siglo XX. Posteriormente, empecé a desarrollar esta idea del reloj como contenedor de esta espacialización temporal, que puede contener eventos de naturaleza cotidiana. Aunque intervenido, el reloj de mesa puede ser también un artefacto para transmitir memoria si se subvierte su propósito original de «dar la hora».