Camila Valencia y Javier Cruz

Camila Valencia es Maestra en Artes plásticas de la Universidad de Antioquia y diseñadora de vestuario de la Academia Superior de Artes. En su obra explora el videoarte y el video experimental, a través de dispositivos analógicos como sintetizadores y mezcladoras de video, utiliza recursos del campo de la electrónica experimental realizando intervenciones en circuitos a dispositivos antiguos con el fin de generar errores y distorsiones en la imagen, se enfoca en el estudio de herramientas visuales que marcaron el origen de la era de la televisión y factores tecnológicos relacionados con mutaciones y alteraciones en la naturaleza. Javier Cruz es Maestro en Artes Plásticas y Antropólogo. Participó como artista coordinador en el área de medios audiovisuales de varias agencias publicitarias en Medellín, experiencia que le permitió crear Punto de vista, un espacio para producción de video y multimedia. Ha sido docente en la Colegiatura Colombiana, Universidad de Antioquia y Universidad Pontificia Bolivariana, entre otras. Como pionero y realizador de videoarte ha sido reconocido a nivel nacional. Javier es uno de los artistas a nivel local y nacional pioneros en la utilización del video como expresión del arte. Su trabajo está realizado con ‘tecnologías de descarte’. La evolución del concepto de inteligencia artificial nace de la experimentación a través de la tecnología, dispositivos eléctricos y electrónicos. Las imágenes de la obra de este artista están relacionadas con la experimentación con sonido e imágenes, haciendo uso de medios no convencionales para su instalación.

Diálogo


Proyección en tubos de rayos catódicos.
Dimensión variables

© Casa Hoffmann 2024


Diálogo es una Instalación con televisores de rayos catódicos abiertos y suspendidos en el espacio por medio de cables que sostienen su estructura desde el techo. Estos aparatos proyectan en sus pantallas una retrospectiva de dos obras que se encuentran y dialogan en el tiempo. Al relacionar el dispositivo intervenido y extraído de su contexto con la intervención electrónica sobre la imagen, se configura un diálogo continuo entre sí. Se trata de una comunicación constante en la que la imagen distorsionada o intervenida resguarda cierta intimidad entre imágenes que debaten sobre el tiempo y las bajas tecnologías. Esta puesta en escena pretende recordar el origen y la evolución del videoarte sin descuidar su función transgresora. Traer del pasado la caja mágica hasta un espacio del presente es un acto de resistencia frente a la obsolescencia programada, recomponer dispositivos y ponerlos al servicio de la comunicación artística es la manifestación de una acción silenciosa que no necesariamente alude a la nostalgia.